Las inversiones en Chile dependen de cuán atractivos se vean los negocios que se pueden realizar en nuestro país. Esto tiene que ver con la certeza con que se puedan proyectar las ventas y costos, la certeza regulatoria y la solidez de las instituciones que nos gobiernan, entre otras cosas. Es este ‘atractivo país’ el que determina que entren o salgan los dólares de la economía nacional. A mayor atractivo, más dólares entran y eso hace que el dólar baje. ¿Qué nos dice que el precio del dólar haya alcanzado máximos históricos durante esta crisis? El alza persistente del dólar indica que hubo una caída radical en el atractivo para hacer negocios en Chile. Si los días que siguieron al 18 de octubre el precio del dólar observado subió desde $713 por dólar a niveles de $740 por dólar, el anuncio de una nueva Constitución, y el posterior ‘Acuerdo por la Paz Social y la Nueva Constitución’, hicieron que el precio del dólar llegara a su máximo histórico. Solo fue posible bajarlo tras dos intervenciones del Banco Central. ¿Se equivoca el mercado? Lamentablemente, no. El anuncio de la nueva Constitución, lo firmado en el acuerdo, y la violencia, fueron tomados por el mercado como un conjunto de malas señales, que puso en cuestión la estabilidad jurídica del Chile y el compromiso del país con su democracia. El proceso constituyente acordado no es un mecanismo actualmente contemplado en la Constitución, y contraviene el proceso de reforma constitucional ya establecido. Si se transgrede el ordenamiento jurídico en esto, nada impide que se haga en otras materias, vulnerando los principios que sostienen la democracia chilena. A lo anterior se suma la expectativa de que gane el Sí en el plebiscito. Si gana el Sí, lo acordado es partir de una ‘carta en blanco’, equivalente a un cheque en blanco que elimina toda certeza respecto de las reglas futuras. Sorprendentemente, no se estará votando entre propuestas para el contenido de la misma; se estará votando por cambiarla porque algunos marchantes así lo pidieron, muchos de ellos sin siquiera tener una idea concreta respecto a qué y por qué quisieran cambiarla. Más incertidumbre, menor atractivo país, mayor fuga de capitales, mayor precio del dólar. ¿Qué se puede hacer? En mi opinión, los que quieren lo mejor para Chile deben votar que No al cambio constitucional. Es la manera de mostrar que Chile no es un país bananero que baila (o legisla) en función de quien grita (o marcha) más y más fuerte. Es la manera de votar porque los cambios constitucionales se hagan respetando nuestra legislación, en paz y sin invalidar nuestra democracia. Ahora, si usted va a votar Sí, le sugiero que compre dólares hoy. Porque si su opción sale elegida, se validará que en Chile las instituciones y leyes no se respetan. Estará firmando el cheque en blanco, y, en ese escenario, es altamente probable que el dólar se vaya a luca y quizás a mucho más.
María Valentina Konow Vial
Socia FK Economics
Fuente: La Segunda